martes, 2 de abril de 2013

Invima reconoce a Lácteos La Catira con la certificación BPM


Certifican a La Catira por hacer las cosas bien

Esta empresa genera 35 empleos directos y utiliza 5.000 litros diarios de leche en sus productos.

Trabajar duro, cumplir con las normas sanitarias y actualizarse permanentemente en los procesos de transformación de los derivados lácteos durante 12 años continuos, fueron las metas que se trazaron en Lácteos La Catira en el año 2000 para recibir hoy el pasaporte a la excelencia.

Así se resume el proceso emprendido por Melquisedec Valero, gerente de esta empresa metense, quien concluyó que el asunto no era "vender por vender" sino que había que mejorar el producto y su transformación.

Por ello, el Invima acaba de reconocer a su empresa como la primera de la Orinoquia en recibir una certificación en Buenas Prácticas de Manufactura (BPM).

Para lograrlo le apostó a la calidad y empezó un proceso de conversión empresarial con un mejoramiento continuo que se sustentó en las visitas y observaciones que les hacía el Invima.

"Nosotros no las vimos como algo molesto y exigente, sino como una oportunidad para crecer. Vimos eso por el lado positivo y así logramos la certificación", cuenta con mucho orgullo Melquisedec.

Actualmente, Lácteos La Catira genera 35 empleos directos y utiliza 5.000 litros diarios de leche, que sus 120 proveedores le venden para hacer una amplia oferta de productos, que van desde queso, cuajada, yogurt, pan de bono, pan de arroz, tortas, postres y esponjados, entre muchos otros.

Jhony Corredor, director de la Territorial Orinoquia del Invima, dijo que se le entregó esa certificación porque cumple con las condiciones de una producción limpia, higiénica y de calidad.

Valero dijo que busca la excelencia y que por eso hoy cuenta con aliados estratégicos como Alkosto, que ayuda a posicionar la marca y sus productos en Bogotá y que significa una oportunidad de desarrollo.

El producto insignia de Lácteos La Catira es el queso y aunque el mercado es muy competido, Melquisedec sabe que su producto se da dentro de un proceso de mejoramiento que contempla el uso de una leche de alta calidad para obtener un producto similar.

"Eso sube un poco el precio, debido al adecuado proceso de pasterización y por eso el queso es bueno y el consumidor lo nota y lo saborea", dice Valero.
Toda una vida
La Catira arrancó en 1984 con una pequeña empresa en el municipio de Restrepo llamada 'Quesitos la Catirita' y terminó haciendo solo quesos con la tecnología de la época junto con quesadillos parecidos a los del Huila. Luego abrió su horizonte y se instaló en Cumaral, en un sitio de paso obligado para todos aquellos que gustan de los derivados lácteos.

Según su gerente, trabaja solo con la leche de la región, porque es bastante cargada de sólidos (menos aguada) y eso hace que el producto final sea de calidad.

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